“El trabajo dignifica” decía Karl Marx (1818-1883) con el fin de explicar que gracias al trabajo las personas se sienten capaces, útiles, necesarias, autosuficientes y pertenecientes a una sociedad activamente económica.
El trabajo no es solo ese lugar en el que pasamos un porcentaje de nuestro día a día, sino que cumple un papel mucho más importante en nuestras vidas. Gracias al trabajo nos sentimos integrados en la sociedad, nuestra autoestima aumenta, nos sentimos más seguros, positivos… Por ello, dar con un puesto de trabajo que cumpla nuestros objetivos, a veces puede resultar una ardua tarea.
El proceso más común a seguir en la búsqueda de empleo comienza con la publicación de una oferta. Si nuestra formación y experiencia encajan con los requisitos, enviaremos nuestro CV mostrando así nuestro interés. Si todo va bien, nuestro currículum pasará la primera criba y nos llamarán con el fin de conocernos con más detalle en una entrevista. Es aquí donde tendremos que dar el “do de pecho” y diferenciarnos del resto. Por ello, la preparación de la entrevista de trabajo es fundamental.
Existen tres momentos clave en toda entrevista y en cada uno de ellos son varios los consejos a tener en cuenta:
Momentos importantes en una entrevista de trabajo
ANTES DE LA ENTREVISTA:
Información básica: en la misma llamada en la que nos citan, tendremos que anotar la información básica relacionada con la entrevista como quién es la persona de contacto y su teléfono, el día, la hora y el lugar…
Investigación previa: necesitamos información para responder con criterio en la entrevista. Para ello debemos recurrir a la web de la empresa, sus perfiles en redes sociales, información sobre el sector, datos sobre el puesto, sobre el entrevistador…
Adaptar el CV: Si te han llamado es porque tu CV les ha gustado. No obstante, ahora conviene destacar los aspectos, ya sea en formación o experiencia, que más encajan con lo que la empresa ofrece. No olvides llevar una copia de tu CV a la cita.
Perfil de LinkedIn: seguramente el primer impulso de la empresa será buscar tu nombre en internet. Por ello, conviene tener el perfil público de LinkedIn actualizado. Debemos transmitir seriedad y profesionalidad.
Repaso de la trayectoria: es muy probable que la entrevista comience con tu presentación y repaso de tu experiencia. Para que los nervios no nos jueguen una mala pasada, debemos tener claro el orden y lo que queremos destacar de cada puesto, título etc.
Llevar pensadas las respuesta para las preguntas clave: en casi todas las entrevistas hay ciertas preguntas que se repiten: “¿qué podrías aportar al proyecto?”, “¿por qué deberíamos elegirte a ti?”… Por ello, conviene tener pensada la respuesta, pero cuidado; la respuesta tiene que parecer natural.
Enumera las dudas que te surjan: Si llevas alguna duda pensada acerca de la empresa o proyecto, demostrarás interés y que te has informado previamente. No obstante, en una primera entrevista no se aconseja preguntar por las condiciones del puesto, como el salario.
Elige la ropa: el primer impacto es fundamental. Debes elegir ropa coherente con el puesto de trabajo.
DURANTE LA ENTREVISTA:
Llega puntual: calcula bien el tiempo para llegar al lugar de la entrevista. La impuntualidad da muy mala imagen en algo tan importante como es una entrevista de trabajo.
Llama al entrevistador por su nombre: intercala el nombre del entrevistador en tus frases. Son pequeños detalles, pero demuestran interés.
Cuida el lenguaje no verbal: siéntate recto en la silla, mantén los brazos abiertos a lo largo de la entrevista (no los cruces) y mira a los ojos del entrevistador.
Escucha con atención y no interrumpas: debes escuchar activamente lo que el entrevistador dice y lo que te pregunta para saber qué debes responder. Recuerda que para empezar a hablar, debes dejar que termine, no le interrumpas.
Habla de forma clara y concisa y sin monosílabos: utiliza un lenguaje claro, conciso y directo. Procura desarrollar las respuestas, es tu oportunidad para mostrar más de ti.
Sé tú mismo y con educación: se trata de demostrar cómo eres, así que no debes fingir. Muéstrate natural pero sin olvidar dónde estás y cuál es el objetivo.
DESPUÉS DE LA ENTREVISTA:
Autoevalúate: una vez finalizada la entrevista podremos saber que tal ha ido. ¿Me ha gustado lo que me han contado de la empresa y el puesto? ¿He demostrado que soy el candidato ideal? ¿Me han dado pistas para pensar que pasaré a la siguiente fase?
Demuestra interés: tras la entrevista, debes dar las gracias por haberte dado la oportunidad, ya sea al despedirte o por email al poco tiempo de la entrevista.
Pregunta cómo va el proceso: si no se cumplen los plazos que te dijeron en la entrevista, pregunta por el estado del proceso de selección, pero sin ser demasiado insistente.
Recuerda poner en práctica estos consejos en tu próxima entrevista de trabajo. ¡Buena suerte!